En el sosegado sopor de la noche
despierto contemplándote.
Por vez primera te descubro,
sin saber cómo;
te veo
sumergido en un sueño salobre.
Desnudo emprendiste el viaje.
Te llevaste un reloj sin horas
y cabalgando las tempestuosas
olas de tu mar profundo,
me abandonaste a la deriva
en un cielo sin estrellas,
con una brújula sin norte.
Tu corazón suspendido
en el ímpetu del viento
me dejó con una lágrima
yendo y viniendo.
En la plenitud del sueño
comienzo el éxodo,
pateando mi alma;
emigrando de tu cuerpo
me ovillo en el silencio
y en el vaivén de tu sueño
advierto, lo que has ido a buscar…
Entonces: te dejo marchar.
21 10 2010
2 comentarios:
SIGO PENSANDO QUE TENERTE A CUALQUIER MILIMETRO DE DISTANCIA... ES LO MAS PARECIDO A MI PRIVILEGIO... GRACIAS EN MIL.... EN TODO LO QUE PUEDIERA OFRECERTE O REGALARTE... ERES..... GRANDE.
Sonia, tú eres grande y muy generosa para conmigo! Gracias!
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