GLORIA
KARMA DE LA CIGARRA
Karma de la cigarra
No podía parar de cantar en el verano.
De esta forma, decían,
consolaba a gente francamente inconsolable.
En derredor , y sin que ella notara,
los demás fabricaban sus casas y sus puentes,
y sus amuralladas fortalezas.
Ella cantaba y bailoteaba en torno
y los otros celebraban la suerte
de tener una cigarra propia
que más ligero les hiciera el esfuerzo.
Ella llegó a los primeros fríos
con poca voz,
pero segura de tener para sanarse
el cálido remanso de aquellos que aplaudían.
Confiada como era,
extendió los brazos al tiempo que cerraba los ojos.
Así no pudo ver ,
cómo se cerraban una tras otra todas las murallas
y cómo la miraban por las hendijas de las clavadas puertas.
Así, mientras ponía en cada nombre
la música particular que los realzaba,
no se enteró de los reproches.
No podía parar de cantar en el verano.
De esta forma, decían,
consolaba a gente francamente inconsolable.
En derredor , y sin que ella notara,
los demás fabricaban sus casas y sus puentes,
y sus amuralladas fortalezas.
Ella cantaba y bailoteaba en torno
y los otros celebraban la suerte
de tener una cigarra propia
que más ligero les hiciera el esfuerzo.
Ella llegó a los primeros fríos
con poca voz,
pero segura de tener para sanarse
el cálido remanso de aquellos que aplaudían.
Confiada como era,
extendió los brazos al tiempo que cerraba los ojos.
Así no pudo ver ,
cómo se cerraban una tras otra todas las murallas
y cómo la miraban por las hendijas de las clavadas puertas.
Así, mientras ponía en cada nombre
la música particular que los realzaba,
no se enteró de los reproches.
2 comentarios:
¿Vale una palabra? ¡Genial!
Migdalia
Que te digo Glorita>?
Que amo tu parte de cigarra y tu parte de poeta.
Y a ti,amiga mia.
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